Estudio Finalizado

Desde 2020 junto a la Fundación Vacunar comenzamos a trabajar en el ÁREA DE INVESTIGACIÓN CLÍNICA con el objetivo de colaborar con diversas instituciones para el desarrollo y estudio de medicamentos y vacunas.

Actualmente colaboramos con el CONICET, Laboratorio Cassará y la Universidad Nacional de San Martín para el desarrollo de la nueva vacuna proteica ARVAC Cecilia Grierson contra COVID-19, diseñada para proteger contra las variantes de SARS-CoV-2 circulantes en la región, incluyendo una versión bivalente contra Ómicron.

Los resultados de la primera etapa de la investigación han demostrado que esta vacuna es segura. Además, los valores preliminares de respuesta inmunológica resultan prometedores. Ahora se debe continuar con la fase más avanzada del desarrollo de la vacuna para generar los resultados que serán presentados a la ANMAT para su aprobación como vacuna de refuerzo.

La enfermedad meningocócica invasiva (EMI) es una infección grave, potencialmente letal, causada por Neisseria meningitidis (Meningococo). Es una enfermedad poco frecuente, pero con alta morbimortalidad (10 % mortalidad / 20 % complicaciones). Es de distribución mundial y se presenta en forma de brotes o epidemias.

En Argentina, el grupo más vulnerable lo constituyen los niños menores de 1 año, especialmente los menores de 9 meses.

El meningococo (Neisseria meningitidis) tiene como único reservorio al ser humano y se transmite de persona a persona a través de gotas de secreciones que expulsamos al hablar, toser, estornudar etc. Se han descrito 12 serogrupos de esta bacteria, aunque sólo 6 de ellos han demostrado poder patógeno en el ser humano: A, B, C, X, W e Y.

Si bien la prevalencia de los serogrupos es variable e impredecible, en Argentina los serogrupos prevalentes son el W y el B.

Un factor importante en la epidemiología de la enfermedad es la portación nasofaríngea, prerrequisito indispensable para el desarrollo de enfermedad invasiva que desarrolla el 1 % de los portadores.

Esta portación es más frecuente en adolescentes y adultos jóvenes. Se estima que la tasa de portación en Buenos Aires es del 13,8 %.

Existen factores que favorecen el desarrollo de EMI. Entre ellos se mencionan:

  • Exposición al humo del tabaco o fumar tabaco
  • Antecedente reciente de enfermedad respiratoria, gripe.
  • Convivencia estrecha con elevado porcentaje de portadores asintomáticos (cuarteles, prisiones etc.)
  • Situaciones de inmunosupresión.
  • Viajeros a zonas o países donde la enfermedad meningocóccica es endémica, tal es el caso del África subsahariana.
  • Tratamiento con determinados anticuerpos monoclonales que aumentan entre 1000 a 2000 el riesgo de sufrir enfermedad meningocócica.

Sin embargo, el 90 % de los casos de EMI se presentan en pacientes previamente sanos, sin factores de riesgo conocidos

Luego de un período de incubación corto, de 3 o 4 días, la enfermedad meningocócica invasiva tiene tres formas clásicas de presentación:

  • Meningitis (45%), es la inflamación del LCR y las membranas que recubren el encéfalo y la médula espinal. Las meningitis sin shock, cuando son diagnosticadas precozmente y con tratamiento adecuado, suelen cursar
    sin complicaciones, aunque ocasionalmente quedan secuelas auditivas, defectos cognitivos moderados o leves y epilepsia.
  • Sepsis (37%), es la forma más grave de presentación. Cursa con fiebre elevada de aparición brusca acompañada de la aparición de manchas de color rojo, marrón o púrpura (petequias) en la piel, que puede progresar en pocas horas a un cuadro más grave con hipotensión, insuficiencia suprarrenal aguda, fallo multiorgánico, shock refractario y muerte. La sepsis es una complicación que tiene lugar cuando el organismo produce una respuesta inmunitaria desbalanceada, anómala, frente a una infección. El 10-30% de los casos que sobreviven a una sepsis meningocócica desarrollan secuelas: amputaciones, cicatrices extensas por la necrosis cutánea, sordera o infartos cerebrales.
  • Sepsis con meningitis (8%)
  • Otras formas clínicas menos frecuentes (10%), pericarditis, artritis, neumonía, conjuntivitis y faringitis.

La prevención de la enfermedad meningocócica se hace a través de la vacunación. Actualmente contamos con vacunas conjugadas contra los serogrupos A, C, Y, W y una vacuna recombinante contra el serogrupo B.

MENVEO®, GSK

Incluída en Calendario Nacional de Vacunación a partir del año 2017
Vacuna antimeningocócica conjugada tetravalente serogrupos A,C,Y,W

Esquema:

  • A los 3, 5 meses y refuerzo a los 15 meses de vida. Intervalo mínimo entre dosis, 2 meses.
  • De 7 a 23 meses inclusive: una dosis y un refuerzo, con intervalo mínimo de 2 meses entre cada dosis.
  • A partir de los 24 meses de edad, una sola dosis resulta inmunogénica sin necesidad de dosis de refuerzo.
    Edad máxima de administración: 55 años.

NIMENRIX®, PFIZER

Vacuna antimeningocócica conjugada tetravalente serogrupos A,C,Y,W

Esquema:

  • Indicada a partir de las 6 semanas de vida.
  • 6 semanas a 6 meses: dos dosis con intervalo mínimo 2 meses y refuerzo a partir de los 12 meses.
  • A partir de los 6 meses: una dosis y refuerzo después de los 12 meses con intervalo mínimo 2 meses.
  • A partir de los 12 meses: una sola dosis
  • Edad máxima de administración: sin límite de edad superior

MenQuadfi®, SANOFI

Vacuna antimeningocócica conjugada tetravalente serogrupos A,C,Y,W

Esquema:

  • Se puede administrar como:
  • Vacunación primaria (dosis única) a personas a partir de los 12 meses de vida en adelante, sin límite de edad;
  • Vacuna de refuerzo (dosis única) a individuos que ya recibieron anteriormente una vacuna meningocócica con los mismos serogrupos ACWY.

Vacuna antimeningocócica B

BEXSERO®, GSK

Esquema: varía según la edad en la que comience el plan de inmunización

  • Entre los 2 y 5 meses: tres dosis con intervalo mínimo de 1 mes y dosis de refuerzo entre los 12 y 23 meses de edad.
  • Entre los 6 y 11 meses: dos dosis con intervalo mínimo de 2 meses y refuerzo en el segundo año de vida con intervalo mínimo de 2 meses entre la primovacunación y la dosis de refuerzo.
  • A partir de los 12 meses: dos dosis con intervalo mínimo de 2 meses, no habiéndose establecido necesidad de dosis de refuerzo.
  • Edad máxima de administración: 55 años.

Distintos estudios han demostrado que la reducción global de la enfermedad (impacto), es mayor cuanto más precoz sea el inicio de la vacunación.

Existe una gran heterogeneidad entre los serogrupos B identificados en las distintas regiones del mundo, por lo que no proporciona protección frente a todas las cepas de meningococo B circulantes. Se ha estimado que cubriría alrededor del 80% de las cepas circulantes en Argentina.

La cartera sanitaria recuerda la importancia de completar esquemas de vacunación y tener presente las medidas de prevención y detección de esta enfermedad.

La cartera sanitaria informa que se han registrado ocho casos sospechosos en nuestro país que se encuentran bajo estudio e investigación epidemiológica por parte de las jurisdicciones y aún no han sido clasificados como hepatitis graves de origen desconocido.

Desde el Ministerio de Salud se destaca que se trata de casos aislados y sin conexión alguna entre sí, al mismo tiempo que se enfatiza que no se trata de un brote sino de una situación que no escapa a lo que se notifica en forma habitual ya que todos los años se registran casos con cuadros similares de hepatitis agudas graves sin diagnóstico.

Igualmente, ante la alerta epidemiológica que se produjo en otros países del mundo y que también se emitió en nuestro país el día 27 de abril de 2022, se recomienda a la población controlar y completar los esquemas del Calendario Nacional de Vacunación para cada edad, realizar higiene frecuente de manos, evitar el contacto con personas enfermas, cubrirse al toser o estornudar y evitar tocarse ojos, nariz y boca.

Ante la presencia en menores de 16 años de síntomas compatibles con los de la hepatitis (fiebre, fatiga, pérdida del apetito, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orina oscura, heces blancas, dolor articular e ictericia) se aconseja consultar al médico.

Por su parte, a los equipos de salud encargados de atender a la población pediátrica se recomienda sospechar hepatitis aguda de origen desconocido en aquellos casos con clínica compatible de hepatitis con pruebas negativas para hepatitis virales (A, B, C, D y E). Se recomienda incluir en el estudio de estos pacientes la detección de adenovirus.

Por otro lado, y con el objetivo de fortalecer la vigilancia de este tipo de eventos y estudiar en profundidad cada caso, quedó conformado un grupo de trabajo integrado por distintas áreas del Ministerio de Salud de la Nación, como la Dirección de Epidemiologia, la Dirección de Salud Perinatal y Niñez, la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles, el Programa de Control de Hepatitis Virales, la Coordinación de Salud Ambiental y el Laboratorio Nacional de Referencia de Hepatitis Virales y de Gastroenteritis Virales (INEI-ANLIS). A ellos se sumarán también representantes del Hospital Garrahan y sociedades científicas.

Además de analizar la situación epidemiológica, el equipo tendrá la tarea de generar una guía de recomendaciones para el abordaje integral de las hepatitis graves de origen desconocido y establecer mecanismos de difusión de la información. A su vez, se solicitarán muestras de cada uno de los casos sospechosos para realizar estudios complementarios en el Laboratorio Nacional de Referencia de Hepatitis Virales.

Hepatitis significa inflamación del hígado que puede ser de causa infecciosa, tóxica o autoinmune. En la mayoría de los casos, la hepatitis es provocada por un virus. Las hepatitis virales son causadas más frecuentemente por los virus de hepatitis A, B y C. El test para las hepatitis B y C permite iniciar un tratamiento oportuno y minimizar la transmisión.

Las hepatitis A y B son prevenibles a través de vacunas. Los tratamientos para la hepatitis B crónica y  la hepatitis C, son seguros y altamente efectivos.

Según lo informado por la OMS al día de la fecha se han reportado 28 casos confirmados y 12 casos sospechosos de viruela símica en países no endémicos.

En el territorio argentino se trata de un paciente residente en Provincia de Buenos Aires con antecedentes de viaje a Europa y síntomas de prurito y pústulas en distintas partes del cuerpo, equivalentes febriles y dolor lumbar.

La viruela símica puede transmitirse por exposición a través de gotitas grandes exhaladas y por contacto con lesiones cutáneas infectadas o materiales contaminados. Su periodo de incubación suele ser de 6 a 13 días, pero puede oscilar entre 5 y 21.

Los síntomas incluyen erupción cutánea, fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, ganglios linfáticos inflamados, escalofríos y agotamiento. Estos síntomas se resuelven espontáneamente dentro de los 14 a 21 días.

La varicela es la enfermedad exantemática (comúnmente conocida como eruptiva) más frecuente. Es una enfermedad altamente contagiosa y es endemo-epidémica, lo que puede determinar brotes en instituciones cerradas como jardines maternales, colegios y centros asistenciales, entre otros.

El agente causal de la varicela es el virus varicela zóster (VVZ), miembro de la familia de los virus herpes, con capacidad de producir latencia tras la primoinfección. Durante el período de incubación el VVZ  llega a los ganglios de las raíces dorsales, en especial a los dermatomas que corresponden al trigémino, nervios torácicos y lumbares. En estas localizaciones, el VVZ queda latente de por vida pudiendo reactivarse sobre todo en situaciones de inmunodepresión. Su reactivación origina el herpes zóster.

El ser humano es el único reservorio conocido y las formas de transmisión más frecuentes son a través de la inhalación de pequeñas gotas de secreciones que se expulsan de forma inadvertida por la boca y la nariz al hablar, estornudar, toser o espirar (gotas de Flügge) o por contacto directo con el contenido de las vesículas de varicela o de zoster.

Es posible también la transmisión vertical (de madre a hijo) cuando la embarazada susceptible padece la infección durante el embarazo (transmisión intrauterina) o el periparto (transmisión perinatal).

Cuando la madre padece varicela 5 días antes o 2 días después del parto se produce la varicela perinatal, que puede ser un cuadro grave.

El período de contagio se extiende desde 2 días antes de la aparición del brote y se extiende hasta que las lesiones se transforman en costra. Luego de un período de incubación de 2 a 10 días comienzan las manifestaciones clínicas de la enfermedad; al principio con signos y síntomas inespecíficos como malestar general, inapetencia, cefaleas y dolor abdominal que suelen observarse en la mitad de los enfermos. Finalmente aparece el exantema o brote característico que habitualmente permite el diagnóstico de la enfermedad sin necesidad de estudios complementarios.

Es de distribución cefalocaudal (se inicia en cabeza y cara y luego se extiende a tronco, abdomen y extremidades) y presenta una evolución característica: comienza con una mancha rojiza (mácula) que luego se eleva (pápula), luego se transforma en vesícula con contenido líquido infectante y finalmente aparece la costra que marca el final del período de contagio. Una característica importante es que pueden verse lesiones en distintos períodos evolutivos.

La varicela fue considerada por años como una enfermedad benigna; sin embargo pueden presentarse complicaciones, poco frecuentes, que varían según la edad y las enfermedades de base del paciente. Estas pueden ser:

  • Complicaciones infecciosas
  • Locales, por estreptococo o estafilococo, como impétigo, celulitis, abscesos subcutáneos, linfadenitis, etc
  • A distancia: neumonía, sepsis, artritis
  • Complicaciones neurológicas: ataxia cerebelosa, meningitis, encefalitis, mielitis transversa
  • Complicaciones Respiratorias: neumonitis, más frecuente en adultos e inmunocomprometidos.

Por otra parte, el impacto socioeconómico que esta enfermedad produce, con un peso significativo en la atención de salud, costos sociales y en las consecuencias socioeconómicas derivadas del ausentismo y pérdida de productividad laboral de las personas encargadas de cuidar a los enfermos, contribuyó para que la varicela fuera jerarquizada como un problema prioritario de salud pública en nuestro país.

En este sentido, la vacuna contra el VVZ es una herramienta importante para reducir en forma significativa la carga de enfermedad, así como la morbimortalidad por sus complicaciones o formas graves de presentación, especialmente en las poblaciones de riesgo.

Es una vacuna a virus vivos atenuados incluída en el calendario nacional de vacunación desde el año 2015 como única dosis a los 15 meses de vida.

Los esquemas de dosis única tienen como objetivo principal reducir la morbilidad grave y la mortalidad por varicela, pero no son suficientes para limitar la circulación del virus y prevenir los brotes incluso en niños vacunados.
En cambio, los esquemas de dos dosis además de disminuir la morbilidad severa y la mortalidad, logran reducir significativamente el número de casos y posibles brotes en poblaciones vacunadas.

Es por eso que Ministerio de Salud de la Nación dispuso recientemente la incorporación de una segunda dosis para todos los niños y niñas que cumplan 5 años a partir del inicio de la estrategia (1° de enero de 2022).

Serán incluidos además en esta estrategia todos los niños y niñas mayores de 5 años (nacidos a partir del 1° de octubre de 2013) hayan o no recibido oportunamente la primera dosis de vacuna, en función de iniciar o completar su esquema de dos dosis.

El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa, estimándose una tasa de ataque secundario de alrededor del 90 % en personas susceptibles  luego del contacto con un enfermo. La infección es producida por el virus del sarampión (virus ARN de cadena simple, perteneciente  a la familia paramyxoviridae del género Morbillivirus), que en ausencia de vacunación afecta principalmente a niños, pero también pueden infectarse personas de cualquier edad no inmunizadas.

La transmisión es de persona a persona, por contacto directo a través de gotitas Flügge o por propagación aérea, con menor frecuencia, ya que el virus puede sobrevivir en el aire hasta dos horas.

Tras un período de incubación de alrededor de 10 días, se manifiesta clínicamente con un período pre-exantemático de 3 o 4 días de duración, de comienzo brusco con  fiebre, coriza, catarro bronquial y conjuntival (enfermedad de los 3 catarros).

En el último día de este período aparece un enantema en la boca, blanquecino, (manchas de Koplic), en la cara interna de los carrillos a la altura del segundo molar.

El período exantemático se presenta con pequeñas lesiones eritematosas o maculopapulares que comienzan en la cara y tronco y después se extiende a los miembros (distribución cefalocaudal). Este período dura 4-5 días y la aparición del exantema coincide generalmente con el pico de fiebre. Comienza a desvanecerse para el tercer día, en el mismo orden en que se presentó, dejando una fina descamación en las zonas afectadas.

En los lactantes, niños pequeños y adultos mayores, pueden aparecer complicaciones. La frecuencia de las complicaciones depende mucho de la edad y  del estado nutricional de los niños; por esta razón, en los grupos con más bajo nivel socioeconómico se observa un mayor porcentaje de las mismas. De la misma manera aumenta cuando se trata de inmunocomprometidos (menores de un año, pacientes oncológicos, HIV, pacientes con enfermedades hematológicas etc.).

Las complicaciones  pueden ser:

  1. Propias del virus: hemorragias (se presentan con máculas y pápulas hemorrágicas), neumonitis (es la más común), encefalitis.
  2. Por infecciosas asociadas: neumonía, otitis. laringotraqueobronquitis

En el embarazo es causa de abortos y RCIU, con mayor incidencia de malformaciones cuando la infección se contrae durante el primer trimestre.

Una complicaciones menos frecuentes es una entidad denominada Panencefalitis esclerosante subaguda. Es una enfermedad crónica, progresiva y rara que afecta niños y adultos jóvenes. Se caracteriza por una historia de sarampión primario seguida por algunos años sin síntomas tras los cuales se inicia un deterioro psiconeurológico  lento y progresivo. El tratamiento recomendado es la administración de interferón y antivirales. ​No existe cura para esta enfermedad y el desenlace es fatal entre uno y tres años posteriores al diagnóstico.

El sarampión es letal hasta en 1-2 de cada 1000 niños que enferman. No existe tratamiento específico para el sarampión, sin embargo, para la prevención se dispone de una vacuna segura y eficaz en el Calendario Nacional de Vacunación de Argentina.

La vacuna disponible es  la triple viral (SRP) (sarampión, rubeola, parotiditis) (MMR II ©) en pediatría y la doble viral (SR) en la población adulta.

La triple viral es una suspensión de los tres virus vivos atenuados y el esquema recomendado es de dos dosis:

1° dosis: al año de vida

2° dosis: al ingreso escolar

Debe respetarse un intervalo mínimo de 4 semanas entre las dosis y en el caso de no haber recibido las vacunas según lo marca el calendario nacional, deberá completarse o recibir el esquema a los 11 años.

En la población adulta está indicada en el puerperio inmediato en mujeres susceptibles (una dosis de doble viral), debiendo hacerse hincapié en la inmunización de mujeres en edad fértil.

Las contraindicaciones de la vacuna son el embarazo, los menores de 6 meses, los estados de inmunosupresión, los cuadros febriles agudos y los antecedentes de alergia grave con dosis previa (generalmente por alergia a componentes de la vacuna como gelatina y neomicina)

ALERTA EPIDEMIOLÓGICA

La circulación del virus del sarampión en la Región de las Américas continúa activa. En el corriente año, entre la semana epidemiológica (SE) 1 y la SE 43, dos países y un territorio de la región notificaron casos confirmados de sarampión: Brasil, con 619 casos confirmados, los Estados Unidos de América, con 47 casos confirmados y Guayana Francesa, con 5 casos confirmados.

En Argentina, el último caso endémico se registró en el año 2000. Desde la eliminación de la enfermedad hasta el año 2018 se registraron un total de 43 casos importados y relacionados a la importación. Entre SE 1/2019 y 12/2020 se confirmaron un total de 199 casos de sarampión, de los cuales 18 fueron importados, 2 relacionados a la importación y 179 casos de origen desconocido, éstos últimos correspondieron al mayor brote desde la eliminación, que se extendió entre la SE 33 del año 2019 y la SE 12 del año 2020.

La Argentina mantiene su condición de país libre de sarampión. Sin embargo, la continua circulación del virus en otros países de la región y del mundo, sumado a la disminución de las coberturas de vacunación (que se acentuó durante la pandemia Covid 19) y la apertura de fronteras para viajeros provenientes del exterior, supone un  alto riesgo de importación de casos y desarrollo de brotes. Para sostener los logros y evitar la reintroducción del virus al país, se requiere sostener altas coberturas de vacunación con dos dosis de vacuna contra el sarampión (doble o triple viral) y un sistema de vigilancia sensible capaz de detectar oportunamente los casos y así evitar su diseminación.

Para evitar la reintroducción del virus del sarampión en el país, el Ministerio de Salud de la Nación recomienda:

Verificar esquema de vacunación completo para la edad según Calendario Nacional

  • De 12 meses a 4 años: deben acreditar UNA DOSIS de vacuna triple viral
  • De 5 a 50 años:  deben acreditar al menos DOS DOSIS de vacuna con componente contra el sarampión aplicada después del año de vida (doble o triple viral) o contar con serología IgG positiva para sarampión
  • Las personas nacidas antes de 1965 se consideran inmunes y no necesitan vacunarse.

Para residentes de Argentina que viajen al exterior

  • Niños de 6 a 11 meses de vida: deben recibir UNA DOSIS de vacuna doble viral o triple viral (“dosis cero”). Esta dosis no debe ser tenida en cuenta como esquema de vacunación de calendario.
  • Niños de 12 meses: Deben recibir UNA DOSIS correspondiente al calendario
  • Niños de 13 meses a 4 años inclusive: deben acreditar al menos DOS DOSIS de vacuna triple viral.
  • Mayores de 5 años y adolescentes: deben acreditar al menos DOS DOSIS de vacuna con componente contra el sarampión (doble o triple viral) aplicada después del año de vida o confirmar la presencia de anticuerpos contra sarampión (serología IgG+ contra sarampión).
  • Adultos de 18 años y mayores: deben acreditar al menos DOS DOSIS de vacuna con componente contra el sarampión (doble viral) aplicada después del año de vida
  • Las personas nacidas antes de 1965: son consideradas inmunes y no deben vacunarse.
  • Embarazadas: Se recomienda viajar si acreditan al menos DOS DOSIS de vacuna con componente antisarampionoso (doble viral) aplicada después del año de vida o confirmar la presencia de anticuerpos contra sarampión (serología IgG+ contra sarampión). Se aconseja considerar aplazar y/o repogramar el viaje en embarazadas sin antecedentes comprobables de vacunación o sin anticuerpos contra el sarampión, así como en menores de 6 meses de vida por no poder recibir la vacuna y ser el grupo de mayor vulnerabilidad.