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¿Qué es la gripe?

La gripe estacional (también llamada gripa o influenza) es una enfermedad infecciosa causada por el virus de la influenza. Es un virus ARN perteneciente a la familia Orthomyxoviridae .

El virus contiene en su superficie dos glicoproteínas denominadas hemaglutinina (HA) y neuraminidasa (NA) que cumplen importantes funciones en la replicación viral y que sufren mutaciones periódicas que originan las epidemias anuales o mutaciones mayores que se producen cada 10 a 40 años y originan las pandemias.

Hay dos tipos de virus de la influenza, A y B, con poder patógeno para el humano.

VIRUS A: se clasifican en subtipos en función de las diferentes combinaciones de las dos proteínas de la superficie del virus (H: hemaglutinina y N: neuraminidasa). Los 2 subtipos de virus estacionales de importancia para el ser humano son A (H3N2) y A (H1N1).

VIRUS B: tiene dos variantes que no se llaman subtipos, sino linajes. Desde el año 1985 hay dos linajes circulantes del virus B, Yamagata y Victoria, que a su vez sufren algunas mutaciones aunque menos que los virus A

Aunque en algunos países se utilizan los términos gripe o gripa para referirse al resfriado común, estos términos no deben confundirse o usarse por igual.

La gripe o influenza se contagia con mucha facilidad a través de la saliva, los estornudos o tos de las personas del entorno.

El período de contagio puede comenzar el día antes de la aparición de los síntomas y durar hasta una semana después de contraer la enfermedad. El período de incubación es, promedio, de 2 a 7 días, y los síntomas pueden aparecer en cualquier momento de dicho período.

Produce síntomas característicos como tos seca, dolor de garganta, cefalea, mialgias (dolores musculares), artralgias (dolores articulares) y decaimiento acompañado generalmente de fiebre. En algunos casos puede complicarse y asociarse con neumonía bacteriana agregada, (raramente con neumonía viral producida por el mismo virus de influenza) y frecuentemente suele descompensar enfermedades crónicas, como las cardiopulmonares, diabetes u otras. Además, en las personas con inmunosupresión, la enfermedad suele ser más grave. También puede provocar, sobre todo en niños, náuseas, vómitos y diarrea.

Es importante diferenciarla del resfrío común o catarro de vías aéreas superiores, que puede ser causado por varios virus, en el que el síntoma más importante es la congestión nasal.

La gripe o influenza suele curarse espontáneamente en algunos días, pero en algunos casos, como se mencionó anteriormente, puede agravarse y resultar fatal.

El tratamiento es sintomático, lo más efectivo es el reposo, la hidratación y los antitérmicos para la fiebre, si esta produce malestar. La toma de antibióticos para la gripe no está indicada ya que se trata de una infección vírica. Solo en contadas ocasiones, cuando se produce una sobreinfección bacteriana (como una neumonía), pueden estar indicados.

En ciertas situaciones muy particulares pueden utilizarse algunos medicamentos antivirales.

¿Cuál es la situación actual de la gripe en Argentina?

Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, en Argentina y en la mayoría de los países del mundo, la circulación del virus Influenza se mantuvo baja. Sin embargo, a fines del año 2021 se detectó un aumento en el número de casos de esta enfermedad. Específicamente, en las primeras seis semanas del 2022, se notificaron al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS.2.0) 166 casos de influenza, de los cuales el 99% fue el tipo Influenza A, subtipo H3N2. La mayoría ocurrieron en niños menores de 5 años y en adultos jóvenes.

Si bien el virus SARS-CoV-2, productor de COVID-19, es el virus respiratorio que continúa predominando, la aparición de casos de gripe y la detección de otros virus respiratorios como el virus sincicial respiratorio, o de otros como Adenovirus, Parainfluenza y Metapneumovirus, nos debe poner en alerta acerca de la aparición de casos de enfermedad respiratoria de otro origen, distinto al COVID-19.

Prevención de la gripe

Considerando lo expresado antes y en el contexto de una disminución de los casos de COVID-19, es lógico que las medidas restrictivas y de distanciamiento continúen reduciéndose, lo cual seguramente conduzca a que volvamos a tener casos de enfermedades respiratorias por otros virus como el de influenza. Por este motivo, es importante recordar que la medida más importante para prevenir esta enfermedad es la vacunación anual, en particular dirigida a los grupos de mayor riesgo de complicaciones.

Características de la vacunación antigripal en 2023:

Como ocurre anualmente, la vacuna antigripal comienza a administrarse a partir del mes de marzo y la vacunación se extiende durante todo el otoño y comienzos del invierno.

La vacuna antigripal la puede recibir cualquier persona a partir de los 6 meses de vida, pero está particularmente indicada en los grupos de mayor riesgo de complicaciones de esta enfermedad.

Recordar que los niños entre 6 meses y 8 años que nunca fueron vacunados contra la gripe, deben recibir dos dosis con un intervalo de 1 mes y, en años posteriores, una sola dosis.

La dosis habitual es de 0,50 ml pero, los niños menores de 3 años, deben recibir una dosis de 0,25 ml que habitualmente ya se presenta en esta formulación. Esto debe ser controlado para cada vacuna disponible ya que hay algunas que tienen la misma formulación tanto para niños como para adultos.

Cualquier vacuna antigripal se puede administrar simultáneamente con cualquiera de las vacunas disponibles contra la COVID-19.

Se dispondrá de vacunas trivalentes (contienen los dos subtipos de virus A y uno de los linajes del tipo B) y cuadrivalentes (contienen los dos subtipos del virus A y los dos linajes del tipo B). Estas son desarrolladas en huevos embrionados o en líneas celulares. No se dispone en nuestro país de vacunas recombinantes. La vacuna antigripal desarrollada en líneas celulares podrá administrarse tanto a niños como a adultos en una misma formulación.

El proceso de replicación del virus en huevos embrionados puede generar mutaciones que hacen que pueda NO haber coincidencia entre las cepas circulantes y las contenidas en las vacunas y consecuentemente alterar la efectividad de la vacuna. La tecnología de cultivo en líneas celulares evita esa adaptación.

Otra de las diferencias que se observa en el desarrollo de vacunas con plataforma de líneas celulares, es la mayor rapidez de producción. Sabemos que la elaboración a través de los huevos embrionados es la forma de preparación de las vacunas antigripales desde el momento que dispusimos de las primeras vacunas y que aún hoy se sigue utilizando. Este es un proceso complejo, laborioso, que requiere la disponibilidad cada año de grandes volúmenes de huevos embrionados en una cantidad suficiente para hacer desarrollar el virus. Se requieren 1 o 2 huevos embrionados por cada vacuna que se produce, los huevos deben provenir de productores seguros y tener un estricto control de calidad para evitar la presencia de agentes adventicios. Este proceso puede demorar varios meses hasta que está disponible la vacuna.

Otro aspecto a tener en cuenta, es que todos los años se producen un poco más de 400 millones de dosis de vacuna en huevos embrionados y, que la capacidad de expandir esta producción, en caso de pandemia, es limitada.

Otro elemento adicional a considerar en las vacunas antigripales desarrolladas en líneas celulares, es la ausencia de proteínas del huevo y el no uso de antibióticos y conservantes.

Indicaciones de la vacunación

  • Niños de 6 meses a 2 años (el primer año deben recibir 2 dosis separadas por 4
    semanas).
  • Niños y adultos de 2 años a 64 años con enfermedades respiratorias, cardíacas,
    inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes onco-hematológicos y
    trasplantados, personas obesas con índice de masa corporal mayor a 40, diabéticos,
    y personas con insuficiencia renal crónica en diálisis.
  • Embarazadas en cualquier trimestre y puérperas hasta el egreso de la maternidad
    (máximo 10 días) que no hayan recibido la vacuna durante el embarazo.
  • Mayores de 65 años.
  • Personal de salud.
  • Convivientes o contactos estrechos de enfermos oncohematológicos y contactos
    estrechos con niños menores de 6 meses (convivientes, cuidadores en jardines
    maternales).

Efectos adversos de la vacuna

Las reacciones adversas más frecuentes son: dolor, enrojecimiento o hinchazón en el lugar de la inyección, dolores musculares, dolor de cabeza, sudoración, fatiga, malestar general, escalofríos y fiebre.

Con menor frecuencia, se pueden producir urticaria y otras afecciones de la piel, trastornos gastrointestinales o reacciones alérgicas.

¿Cuándo está contraindicada la vacuna antigripal?

CONTRAINDICACIONES ABSOLUTAS / NO VACUNAR

  • Antecedente de reacción anafiláctica en una vacunación previa contra la influenza.
  • Antecedentes de Síndrome de Guillain-Barre ocurrido dentro de las seis semanas de
    haber recibido una dosis de vacuna antigripal en el caso de haberse descartado
    otras causas (el antecedente de haber tenido el síndrome por otras causas no es
    contraindicación para la vacunación antigripal).

PRECAUCIONES / EVALUAR RIESGO – BENEFICIO

  • Hipersensibilidad a los principios activos, a alguno de los excipientes y a los
    residuos, por ejemplo, huevo o proteínas del pollo, como la ovoalbúmina.
  • Enfermedad aguda grave con fiebre: esperar y citar para vacunar a corto plazo.

FALSAS CONTRAINDICACIONES – APLICAR VACUNA

  • Conviviente de persona con inmunosupresión.
  • Infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
  • Intolerancia al huevo o antecedente de reacción alérgica no anafiláctica al huevo. En la ficha técnica de las vacunas consta que no se debe administrar a personas con alergia grave (anafilaxia) al huevo, puesto que los virus utilizados para fabricar la mayoría de las vacunas se cultivan en huevos embrionados de pollo. Los casos de alergias moderados o leves se pueden vacunar contra la gripe, pero debe consultarse antes a su médico. En los casos de alergia grave, la recomendación es utilizar formulaciones con cantidad de ovoalbúmina menor a 1,2 µg. o bien utilizar vacunas elaboradas en líneas celulares, por lo que hoy es considerada una falsa
    contraindicación.
  • Tratamiento con antibióticos o convalecencia de enfermedad leve.
  •  Tratamiento con corticoides.
  • Enfermedad aguda benigna: rinitis, catarro, tos, diarrea y Embarazo – Lactancia.

Comité Científico
Febrero 2023

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los adolescentes representan un sexto de la población mundial. Son múltiples los aspectos a tener en cuenta cuando hablamos de prevención en la adolescencia.

Existe una gran dificultad para hablar de temas de salud  con esta población ya que se sienten inmortales y que todo lo pueden. Además la transición entre el médico pediatra y el médico clínico suele ser dificultosa ya que, en la mayoría de los casos, cuando dejan de acudir al pediatra con sus padres ya no continúan con sus controles de salud.

Si bien la mayoría de los adolescentes goza de buena salud, hay múltiples aspectos a tener en cuenta para prevenir la aparición de problemas en esta etapa. En esta nota te contamos alguno de los más importantes.

Lesiones y traumatismos

Las lesiones y traumatismos no intencionados son una de las principales causas de muerte o discapacidad entre los adolescentes. Muchos de estos accidentes se producen en  «usuarios vulnerables de las vías de tránsito», esto es, peatones, ciclistas o usuarios de vehículos de dos ruedas motorizados. Son necesarias leyes  amplias de seguridad vial y reforzar la aplicación de las mismas. Además, los conductores jóvenes deben recibir asesoramiento sobre conducción segura, sin olvidar que las leyes prohíben conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas. Otra causa importante de morbimortalidad en esta etapa son los ahogamientos.

Violencia

La violencia interpersonal es la cuarta causa de mortalidad en  adolescentes y jóvenes en el mundo, aunque su peso varía sustancialmente de una región del mundo a otra. En la Región de las Américas la  OMS estima que

causa casi un tercio de todas las muertes de varones adolescentes.

La violencia durante la adolescencia también acrecienta el riesgo de lesiones, infección por el VIH y otras infecciones de transmisión sexual, problemas de salud mental, mal rendimiento en la escuela y deserción escolar, embarazo precoz, problemas de salud reproductiva y enfermedades transmisibles y no transmisibles.

Entre las estrategias eficaces de prevención están el fomento de la parentalidad y del desarrollo en la primera infancia, la prevención de la intimidación en el medio escolar, programas que fomenten las aptitudes sociales e intervenciones comunitarias para reducir el acceso al alcohol y las armas de fuego

Salud Mental

La mitad de todos los trastornos de salud mental en la edad adulta comienzan antes de los 14 años, pero en la mayoría de los casos no son detectados ni tratados. La violencia, la pobreza, la estigmatización, la exclusión y la vida en entornos frágiles o de crisis humanitaria pueden aumentar el riesgo de que surjan problemas de salud mental.  Los programas que ayudan a reforzar el vínculo entre los adolescentes y su familia y a mejorar la calidad de su entorno doméstico, son fundamentales para la prevención de estos trastornos.

La pandemia de  COVID 19 fue otro factor importante que minó en este último tiempo la salud mental de los adolescentes, siendo la ansiedad y la depresión las manifestaciones más frecuentes.

Consumo de alcohol y drogas

En muchos países el consumo de alcohol en la adolescencia suscita gran preocupación. Puede reducir el autocontrol y alimentar comportamientos arriesgados, como las prácticas sexuales de riesgo o la conducción peligrosa, y es una causa subyacente de lesiones (en particular a consecuencia de accidentes de tránsito), violencia y muerte prematura. También puede engendrar problemas de salud que aparezcan en una etapa posterior de la vida y afecta a la esperanza de vida. Más de una cuarta parte de las personas de entre 15 y 19 años del mundo, lo que supone 155 millones de adolescentes, son consumidores actuales de alcohol.

El cannabis es la droga psicoactiva que más utilizan los jóvenes.

La prevención debe basarse en estrategias dirigidas a la población y actividades en la escuela, la comunidad, la familia o a nivel individual.

Consumo de tabaco

La mayor parte de los fumadores adultos han adquirido ese hábito en la adolescencia. Se estima que en el mundo hay alrededor de 150 millones de jóvenes fumadores, muchos de los cuales morirán en forma prematura a causa del tabaco. El aumento de la rigurosidad en las leyes antitabaco, el encarecimiento de los precios de venta al público y las campañas de prevención fomentando un estilo de vida saludable han logrado una disminución en la prevalencia de la adicción a ésta sustancia, pero aún continúa siendo un grave problema para la salud a nivel mundial, sobre todo en éste grupo etario.

Embarazos y partos precoces

El embarazo adolescente es un problema de salud pública que puede conducir al mismo a situaciones límites, que al no poder enfrentar, lo lleven a optar por un aborto inseguro que ponga en riesgo su vida. Las causales de estos embarazos adolescentes son múltiples, pudiendo mencionarse la situación de familias disfuncionales e incontinentes, situaciones de abuso y  violaciones, maltrato y violencia de género, falta de acceso a la salud y por ende, de acceso a los métodos anticonceptivos, abandono escolar lo que implica no acceder a la educación sexual integral, etc.  El riesgo de morir por causas relacionadas con el embarazo es mucho mayor en las adolescentes que en las mujeres mayores. El acceso a la educación sexual integral, al sistema de salud y a los diferentes métodos anticonceptivos son algunas medidas que tienden a morigerar el problema.

Enfermedades transmisibles

La infección por VIH, actualmente representa la segunda causa de muerte después de los traumatismos en la población adolescente; las neumonías, la tuberculosis, diarreas y las infecciones endémicas en algunos países, como el paludismo,  son responsables de casi la mitad de las muertes infantiles en el mundo. En el caso de la infección por VIH, no solo representa un riesgo para la vida del adolescente y del niño, sino también, para su desarrollo; muchos niños y adolescentes han perdido a sus padres a causa de ésta pandemia, generando además padecimientos emocionales.

Otro aspecto fundamental a tener en cuenta en la atención integral de la salud del adolescente, es la prevención de infecciones a través de la vacunación

Vacunas indicadas a los 11 años

Las vacunas son una herramienta fundamental para la prevención de las enfermedades infecciosas. Hay ciertas vacunas que están indicadas a esta edad y otras requieren de refuerzos.

Las niñas y niños de 11 años deben recibir las siguientes vacunas:

  • Vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH): Previene la infección por HPV, virus que puede producir verrugas genitales  cáncer de cuello uterino y cáncer en otras localizaciones (anogenital, orofaringe). Esta vacuna se incorporó al calendario nacional de vacunación en 2011, para todas las niñas nacidas a partir del año 2000 y en el 2017, para todos los niños nacidos en el año 2006. Entre los 11 y los 14 años (inclusive)  el esquema es de 2  dosis. Luego de los 14 años, se requieren 3 dosis para completar el esquema. En personas viviendo con HIV y trasplantados el esquema siempre debe constar de 3 dosis.
  • Vacuna antimeningocócica (ACWY): se debe aplicar una dosis de la vacuna tetravalente. Esta dosis permite prevenir la meningitis por meningococo de los serogrupos ACWY en este grupo etario y disminuye el contagio en la comunidad.
  • Vacuna triple bacteriana acelular. Es una dosis de refuerzo del esquema iniciado en la infancia y brinda protección contra la difteria, el tétanos y la tos convulsa.
  • Vacuna contra SARS-Cov-2 (COVID 19): A partir de julio de 2021, se incorpora la vacunación contra Covid 19 para todos los adolescentes con condiciones priorizadas  entre 12 y 17 años.

La vacunas son seguras y generan una doble protección, ya que protege directamente a cada persona vacunada, pero también de forma indirecta a sus convivientes y contactos, y al resto de la población en general.

Las vacunas actualmente autorizadas por las autoridades sanitarias son las que utilizan el ARNm como plataforma, debiendo completarse dos dosis (21 o 28 días de intervalo entre dosis según la vacuna utilizada)

Al principio de la campaña de vacunación nacional contra el nuevo coronavirus, la recomendación era esperar un lapso de 14 días entra la inoculación contra el Covid-19 y cualquier otra vacuna, por ejemplo la antigripal. Ese lapso ya no será necesario y cada persona podrá optar por recibir una dosis contra el SARS-CoV-2 y, en el mismo día u otro, una dosis para prevenir cualquier otra enfermedad.

  • Completar el esquema de las 2 dosis de triple viral (vacuna contra el sarampión, la rubeola y la paperas)
  • Los jóvenes que no tengan el esquema completo (3 dosis) de la vacuna de hepatitis B, deben recibirla.

Es muy importante recordar que si un esquema de vacunación está incompleto el mismo no debe reiniciarse si no completarse.