SALUD DEL ADOLESCENTE

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los adolescentes representan un sexto de la población mundial. Son múltiples los aspectos a tener en cuenta cuando hablamos de prevención en la adolescencia.

Existe una gran dificultad para hablar de temas de salud  con esta población ya que se sienten inmortales y que todo lo pueden. Además la transición entre el médico pediatra y el médico clínico suele ser dificultosa ya que, en la mayoría de los casos, cuando dejan de acudir al pediatra con sus padres ya no continúan con sus controles de salud.

Si bien la mayoría de los adolescentes goza de buena salud, hay múltiples aspectos a tener en cuenta para prevenir la aparición de problemas en esta etapa. En esta nota te contamos alguno de los más importantes.

Lesiones y traumatismos

Las lesiones y traumatismos no intencionados son una de las principales causas de muerte o discapacidad entre los adolescentes. Muchos de estos accidentes se producen en  «usuarios vulnerables de las vías de tránsito», esto es, peatones, ciclistas o usuarios de vehículos de dos ruedas motorizados. Son necesarias leyes  amplias de seguridad vial y reforzar la aplicación de las mismas. Además, los conductores jóvenes deben recibir asesoramiento sobre conducción segura, sin olvidar que las leyes prohíben conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas. Otra causa importante de morbimortalidad en esta etapa son los ahogamientos.

Violencia

La violencia interpersonal es la cuarta causa de mortalidad en  adolescentes y jóvenes en el mundo, aunque su peso varía sustancialmente de una región del mundo a otra. En la Región de las Américas la  OMS estima que

causa casi un tercio de todas las muertes de varones adolescentes.

La violencia durante la adolescencia también acrecienta el riesgo de lesiones, infección por el VIH y otras infecciones de transmisión sexual, problemas de salud mental, mal rendimiento en la escuela y deserción escolar, embarazo precoz, problemas de salud reproductiva y enfermedades transmisibles y no transmisibles.

Entre las estrategias eficaces de prevención están el fomento de la parentalidad y del desarrollo en la primera infancia, la prevención de la intimidación en el medio escolar, programas que fomenten las aptitudes sociales e intervenciones comunitarias para reducir el acceso al alcohol y las armas de fuego

Salud Mental

La mitad de todos los trastornos de salud mental en la edad adulta comienzan antes de los 14 años, pero en la mayoría de los casos no son detectados ni tratados. La violencia, la pobreza, la estigmatización, la exclusión y la vida en entornos frágiles o de crisis humanitaria pueden aumentar el riesgo de que surjan problemas de salud mental.  Los programas que ayudan a reforzar el vínculo entre los adolescentes y su familia y a mejorar la calidad de su entorno doméstico, son fundamentales para la prevención de estos trastornos.

La pandemia de  COVID 19 fue otro factor importante que minó en este último tiempo la salud mental de los adolescentes, siendo la ansiedad y la depresión las manifestaciones más frecuentes.

Consumo de alcohol y drogas

En muchos países el consumo de alcohol en la adolescencia suscita gran preocupación. Puede reducir el autocontrol y alimentar comportamientos arriesgados, como las prácticas sexuales de riesgo o la conducción peligrosa, y es una causa subyacente de lesiones (en particular a consecuencia de accidentes de tránsito), violencia y muerte prematura. También puede engendrar problemas de salud que aparezcan en una etapa posterior de la vida y afecta a la esperanza de vida. Más de una cuarta parte de las personas de entre 15 y 19 años del mundo, lo que supone 155 millones de adolescentes, son consumidores actuales de alcohol.

El cannabis es la droga psicoactiva que más utilizan los jóvenes.

La prevención debe basarse en estrategias dirigidas a la población y actividades en la escuela, la comunidad, la familia o a nivel individual.

Consumo de tabaco

La mayor parte de los fumadores adultos han adquirido ese hábito en la adolescencia. Se estima que en el mundo hay alrededor de 150 millones de jóvenes fumadores, muchos de los cuales morirán en forma prematura a causa del tabaco. El aumento de la rigurosidad en las leyes antitabaco, el encarecimiento de los precios de venta al público y las campañas de prevención fomentando un estilo de vida saludable han logrado una disminución en la prevalencia de la adicción a ésta sustancia, pero aún continúa siendo un grave problema para la salud a nivel mundial, sobre todo en éste grupo etario.

Embarazos y partos precoces

El embarazo adolescente es un problema de salud pública que puede conducir al mismo a situaciones límites, que al no poder enfrentar, lo lleven a optar por un aborto inseguro que ponga en riesgo su vida. Las causales de estos embarazos adolescentes son múltiples, pudiendo mencionarse la situación de familias disfuncionales e incontinentes, situaciones de abuso y  violaciones, maltrato y violencia de género, falta de acceso a la salud y por ende, de acceso a los métodos anticonceptivos, abandono escolar lo que implica no acceder a la educación sexual integral, etc.  El riesgo de morir por causas relacionadas con el embarazo es mucho mayor en las adolescentes que en las mujeres mayores. El acceso a la educación sexual integral, al sistema de salud y a los diferentes métodos anticonceptivos son algunas medidas que tienden a morigerar el problema.

Enfermedades transmisibles

La infección por VIH, actualmente representa la segunda causa de muerte después de los traumatismos en la población adolescente; las neumonías, la tuberculosis, diarreas y las infecciones endémicas en algunos países, como el paludismo,  son responsables de casi la mitad de las muertes infantiles en el mundo. En el caso de la infección por VIH, no solo representa un riesgo para la vida del adolescente y del niño, sino también, para su desarrollo; muchos niños y adolescentes han perdido a sus padres a causa de ésta pandemia, generando además padecimientos emocionales.

Otro aspecto fundamental a tener en cuenta en la atención integral de la salud del adolescente, es la prevención de infecciones a través de la vacunación

Vacunas indicadas a los 11 años

Las vacunas son una herramienta fundamental para la prevención de las enfermedades infecciosas. Hay ciertas vacunas que están indicadas a esta edad y otras requieren de refuerzos.

Las niñas y niños de 11 años deben recibir las siguientes vacunas:

  • Vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH): Previene la infección por HPV, virus que puede producir verrugas genitales  cáncer de cuello uterino y cáncer en otras localizaciones (anogenital, orofaringe). Esta vacuna se incorporó al calendario nacional de vacunación en 2011, para todas las niñas nacidas a partir del año 2000 y en el 2017, para todos los niños nacidos en el año 2006. Entre los 11 y los 14 años (inclusive)  el esquema es de 2  dosis. Luego de los 14 años, se requieren 3 dosis para completar el esquema. En personas viviendo con HIV y trasplantados el esquema siempre debe constar de 3 dosis.
  • Vacuna antimeningocócica (ACWY): se debe aplicar una dosis de la vacuna tetravalente. Esta dosis permite prevenir la meningitis por meningococo de los serogrupos ACWY en este grupo etario y disminuye el contagio en la comunidad.
  • Vacuna triple bacteriana acelular. Es una dosis de refuerzo del esquema iniciado en la infancia y brinda protección contra la difteria, el tétanos y la tos convulsa.
  • Vacuna contra SARS-Cov-2 (COVID 19): A partir de julio de 2021, se incorpora la vacunación contra Covid 19 para todos los adolescentes con condiciones priorizadas  entre 12 y 17 años.

La vacunas son seguras y generan una doble protección, ya que protege directamente a cada persona vacunada, pero también de forma indirecta a sus convivientes y contactos, y al resto de la población en general.

Las vacunas actualmente autorizadas por las autoridades sanitarias son las que utilizan el ARNm como plataforma, debiendo completarse dos dosis (21 o 28 días de intervalo entre dosis según la vacuna utilizada)

Al principio de la campaña de vacunación nacional contra el nuevo coronavirus, la recomendación era esperar un lapso de 14 días entra la inoculación contra el Covid-19 y cualquier otra vacuna, por ejemplo la antigripal. Ese lapso ya no será necesario y cada persona podrá optar por recibir una dosis contra el SARS-CoV-2 y, en el mismo día u otro, una dosis para prevenir cualquier otra enfermedad.

  • Completar el esquema de las 2 dosis de triple viral (vacuna contra el sarampión, la rubeola y la paperas)
  • Los jóvenes que no tengan el esquema completo (3 dosis) de la vacuna de hepatitis B, deben recibirla.

Es muy importante recordar que si un esquema de vacunación está incompleto el mismo no debe reiniciarse si no completarse.